A veces estamos tan pendientes de consolidar nuestros logros que olvidamos el valor que tienen esos pequeños detalles que le da vida a tan magnánimos sucesos, la gente aprende, se redime, se supera; crece, y al darnos cuenta de cuánto ha pasado el tiempo notamos que nuestros esfuerzos nos han forjado como trabajadores y profesionales, pero ¿realmente hemos disfrutado nuestras vidas?, ¿hemos gritado algún día cuánto amamos?, ¿hemos llorado de emoción por las bendiciones? ¿conocemos a quien camina a nuestro lado? ¿hemos ayudado sin esperar recompensa?. A veces sólo nos hacemos preguntas dentro del recurrente y estrecho círculo de "No podemos procesar su solicitud, por favor, inténtelo más tarde" y cuando es lo suficientemente tarde es que llega el momento de los lamentos, aunque suene cliché lo que aqui menciono pero a pesar de tener estos estatutos como base para salir adelante el día a día, fui una más del montón en permitir que el tiempo, las oportunidades y la vida misma me pasaran por encima.
Mi ilusión y mi esperanza.
No te niego que lo intenté
y aún mantengo mi fe
anunciando tristemente
que tu rechazo observé.
Cada vez estás más lejos
y yo más cerca de caer,
pues siento tu indiferencia
que nunca quise atraer.
Pero me salió al revés
pues quise arreglar las cosas
sólo espero al amanecer
que las espinas; sean rosas.
Aunque también las rosas hieren,
pero nunca como tu mirada,
mientras cada día más arden,
mi ilusión y mi esperanza.
- Veruzka Pérez Oxford.
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